lunes, 26 de enero de 2009

Ojo al ajo

Hola:

El ajo es un vegetal que levanta pasiones encontradas. Mucha gente rechaza comer ajo porque pica, le huele el aliento, es muy fuerte, o directamente le desagrada. Otras personas son verdaderos amantes de este producto, que, aparte de ser muy aromático le da una chispa especial a sus comidas. ¿Y vosotros?

¿Porqué el ajo es tan fuerte? Su verdadero poder está en los compuestos azufrados del cual el ajo está bien servido. Y estos compuestos hacen del ajo un auténtico cóctel químico, de poderosos efectos.

Desde hace mucho tiempo es conocido el efecto antiséptico del ajo. Su poder desinfectante es muy elevado, e influye en la capacidad de mantenerse inmune a muchas infecciones de tipo estomacal. El simple hecho de tomar un ajo diario permite mantenerse a salvo de muchas intoxicaciones de tipo alimentario. Y este efecto benéfico se extiende a todo el aparato digestivo, aunque sus principales efectos los produce en el estómago. El famoso “bicho” Helicobacter le tiene pánico al ajo.

Pero uno de los principales efectos del ajo es el efecto anticancerígeno. En efecto, el ajo tiene una influencia más que notable en la reducción del cáncer de bucofaríngeo, estómago y colon. Además también se sospecha que sus efectos se extienden al de próstata. Los efectos son sobretodo preventivos, aunque también tiene bastante notabilidad en cuanto a la detención de los tumores en formación, que como sabéis, se hayan en una parte importante de la población.

¿Y cuanto ajo hay que comer diariamente? Pues unos diez gramos diarios, o sea un simple diente de ajo. Mejor crudo, pero como no siempre es posible, pochadito en aceite (no achicharrado, sería terrible) se le quita el terrible picor y queda muy gustoso.

¿Y si no me gusta el ajo que hacer? Pues debo deciros que la familia de las aliaceas (ajos, puerros, cebollas, etc), comparten con el ajo los efectos benéficos, aunque no tan intensos. La cebolla es un muy buen sustitutivo.

Un detalle importante es que hay que masticarlo. No vale en polvo, ni en zumo ni nada de eso. La rotura masticatoria del ajo-cebolla, rompe las células y al mezclarse con la saliva se producen distintos compuestos, entre ellos la alicina. En el potente efecto de la alicina está la clave del ajo.

Un solo diente diario te puede poner a salvo del cáncer, además de mantenerte sano. ¿Qué más puede pedirse?

Un beso/abrazo a todos,
Floren
http://verduras.consumer.es/documentos/hortalizas/ajo/imprimir.php

2 comentarios:

Loly dijo...

Juer!! Para que luego se le desprecie de esa forma caray!.. a mi particularmente si me gusta el ajo... ahora que crudo agggg me da asquete jajajaja, y pensando, pensando... pues si, sino como ajo, como cebolla, y a veces hasta las dos cosas juntas en el sofrito de turno..una cosa no me ha quedado muy clara... ¿vale el ajo en guiso por ejemplo? sin freir ni nada?

Un besoote

Floren dijo...

El ajo tiene varios compuestos, de gran valía. El ajoeno y la alicina son los principales.
El problema es que la alicina es muy inestable, y parece ser que temperaturas por encima de 60º afectan a las cualidades del ajo. Por ello, es mejor tomarlo levemente pochado o crudo. Prefiero pochado!! En un guiso también sirve, pero gran parte de las propiedades se habrán perdido, como sucede con el resto de los vegetales.
En general, cocinar los alimentos implica mayor bioaprovechamiento de los alimentos, pero estos pierden gran parte de sus propiedades. Por ello se recomienda comer una ración cruda al día de alimentos (ensalada, fruta, etc) para compensar parte de los minerales y vitaminas que se perderían con los alimentos cocinados.

Besos,
Floren