lunes, 21 de diciembre de 2009

El té verde, fuente de salud y placer.


El té verde no solamente es una exquisita bebida, sino que además tiene unos efectos tan beneficiosos sobre el organismo que se puede afirmar que es un elemento muy importante para mantener una vida saludable.




Las hojas del té verde contienen entre otros elementos, vitamina A, B2, C, E, ácido fólico, minerales como el selenio, calcio, magnesio, zinc y flúor entre otros. Además contienen cafeína y teofilina, sustancias ambas estimulantes del metabolismo. Y finalmente destaca su alto contenido en polifenoles, antioxidantes que son aliados en la lucha contra la degeneración celular y el cáncer.


Los beneficios del té verde son muchos e importantes:
A destacar, la importancia como anticancerígeno natural, que tiene efectos tanto en la prevención como en el desarrollo de los microtumores. Las vitaminas A,C,E y el selenio son antioxidantes destacados en la lucha contra el envejecimiento y degeneración celular.
Disminuye el colesterol malo y fluidifica la sangre ya que la contiene diversos aminoácidos, como la teanina, que impide la formación de trombos. La histidina actúa contra la arterioesclorisis, y la teobromina es vasodilatadora y cardiotónica.


Su efecto diurético y regulador de la insulina le hace un buen aliado en la lucha contra la obesidad y la diabetes, al disminuir los niveles de glucosa. También disminuye la retención de líquidos.
La teofilina es suavemente broncodilatadora, lo que la hace adecuada para las personas con asma, sin olvidar el efecto excitante de la cafeína, que además de estimular el metabolismo basal es vasoconstrictora y tiene efectos para combatir la migraña.


Por si fuera poco, su cualidad astrigente ayuda a reducir la diarrea. El té tiene una acción antivírica y bactericida, lo cual le permite reforzar el sistema inmunitario y actuar de protector en el aparato digestivo en general, y en el hígado en particular. Esa misma acción, y su contenido en flúor, le permite luchar contra la caries y la halitosis.


Destacamos una vez más sus cualidades anticancerígenas que, en numerosos estudios de reputados científicos, demuestran que el té tiene un efecto protector contra el cáncer, actuando como inductor en la apoptosis (suicidio de las células cancerígenas) e impidiendo la angiogénesis (crecimiento de vasos sanguíneos que permiten la expansión y desarrollo del cáncer). También parece que, en casos de cáncer diagnosticados, ayudan a contener la expansión y desarrollo de éste.


Solamente debemos tener precaución en el caso de niños, o personas sensibles a la cafeína ya que puede producir insomnio o nerviosismo. En general lo ideal sería tomarlo por la mañana o al mediodía. También debe ser consumido con moderación, preparar las cantidades recomendadas y no exceder de 3 tazas al día, a no ser que por motivos de lucha contra el cáncer se emplee como medicamento natural.

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